Ejidatarios de Pto. Morelos echan a José Julio Asencio, ‘socio’ del corrupto Alor

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José Julio Asencio (centro) con Juan Diego Betancourt, líder ejidatario en Leona Vicario y Nicolás Lugo, en vida tesorero del Ejido Puerto Morelos.

Por Basilio Arévalo

Más de la mitad de los ejidatarios que asistieron a la Asamblea General votaron a favor para destituir a José Julio Asencio Reynoso como Presidente del Comisariado Ejidal de Puerto Morelos y eligieron en sustitución a la profesora Lía Beatriz Ortiz Mejía. Días atrás venían denunciando al depuesto dirigente, por presuntos malos manejos administrativos y opacidad en el rendimiento de cuentas al núcleo agrario.

“Con el tema de que traería inversiones de magnates de Arabia Saudita trajo al núcleo agrario con falsas expectativas, presumiendo relaciones de alto nivel que nunca se vieron en beneficio del colectivo. José Julio Asencio no es ejidatario, sino se dedica a comprar la tierra para convertir en un gran negocio inmobiliario, por eso es que se determinó removerlo de la Presidencia y fue un acto legítimo la votación”, coincidieron ejidatarios congregados en la segunda convocatoria para la Asamblea en la Casa Ejidal de Puerto Morelos, acto legal al que José Julio Asencio se negaba a realizar. Y añaden: “Con su famoso programa de regularización para posesionarios de la tierra se dedicó a promover una certeza que él mismo sabe porqué desde la Presidencia del país le negaron continuar. La tierra no se vende a extranjeros y lo mismo ya lo había dicho el propio gobernador Carlos Joaquín”.

El chetumaleño José Julio Asencio Reynoso fue subsecretario de Hacienda estatal, ex director administrativo del Centro de Convenciones de Cancún –el Cancún Center propiedad de Isaac Hamui, terrateniente y el gran magnate que comercializa el negocio inmobiliario en Puerto Morelos—y amigo y colaborador cercano de Francisco Alor Quesada, presidente municipal de Benito Juárez (2005-2008) con quien se presume cerró jugosos tratos a través de su compañía Grupo Atmosphera, descrita en anales del fisco con el giro “Construcción y administración de bienes-inmuebles; reparación y servicios de instalación”.

La asamblea fue realizada por segunda convocatoria en el auditorio de la cabecera municipal, y contó con la asistencia de 101 ejidatarios de Puerto Morelos. Más de la mitad votaron por la remoción de José Julio Asencio, quien venía siendo señalado por presuntos malos manejos durante el año que estuvo al frente del Comisariado Ejidal de Puerto Morelos. Sólo 49 votaron para que siguiera en la Presidencia del Comisariado Ejidal.

Tres días antes, en su cuenta de Facebook, José Julio Asencio presumió una fotografía tomada con el secretario de Planeación y Finanzas del gobierno de Carlos Joaquín: “…es un honor el encuentro con el secretario Juan Vergara Fernández”. Esa fotografía no le sirvió tampoco para que la comisión de honor de sus propios compañeros lo destituyera señalándolo, de nuevo, p or supuestos malos manejos y opacidad en el codiciado núcleo agrario de Puerto Morelos.

Para la reunión de este martes 15 de agosto de 2017, los inconformes con Asencio Reynoso solicitaron a la Procuraduría Agraria intervenir y convocar a la reunión que el derrocado presidente ejidal se negaba a realizar. Se integraron dos planillas para elegir a la nueva directiva: la roja, encabezada por la maestra Lía Beatriz Ortiz, quien ganó con 60 votos contra los 34 obtenidos por la planilla verde que lideraba otra maestra, Plácida Rodríguez Leal.

El pasado 20 de mayo de 2017, José Julio Asencio Reynoso convocó a los comisarios ejidales del estado para sumar fuerzas y tomar acciones respecto a lo que propaló como deficiencias ante la supuesta falta de interés del titular del Registro Agrario Nacional (RAN) Froilán Hernández Lara. El justificante era que tenían tres años esperando los títulos y certificados parcelarios. Lo cierto es que el Gobierno de la República canceló esta operación en todos los estados, precisamente como un candado por la proximidad y posterioridad de comicios.

José Julio Asencio embaucó no sólo a algunos ejidatarios, sino a periodistas y reporteros honestos que creyeron en su supuesta buena intención por defender la tierra, siendo que en realidad eran malsanas pretensiones para concluir el lucrativísimo negocio de la posesión con la expedición de certificados que no avalaban ni el gobierno federal ni el estatal, según declaró de viva voz el gobernador Carlos Joaquín en Puerto Morelos.

José Julio Asencio con la complicidad del tesorero Nicolás Lugo pagaron exorbitantes inserciones en prensa a modo para dirigir una carta al presidente Enrique Peña Nieto por interceder para la legalidad jurídica de las tierras ejidales y resolver el conflicto con el RAN. “Se jaló para sus objetivos al comisario ejidal de Holbox, Benigno Correa Moguel; Manuel Ricalde Mex, de Isla Mjeres; Juan Diego García Betancourt, de Leona Vicario; Javier Briceño, de Alfred V. Bonfil”, declara la fuente.

VINCULADO CON ALOR

José Julio Asencio (con una residencia en el residencial Villa Magna de Cancún, es decir no vive en Puerto Morelos), es amigo personal del corrupto ex presidente municipal priista de Benito Juárez Francisco Alor Quesada, quien llamó la atención  de las autoridades hacendarias desde finales de 2007, en el tramo final de su gestión como alcalde del municipio del cual era delegación Puerto Morelos. Llamó la atención derivado de una serie de transacciones financieras en sus ingresos que alentaron a la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda federal a elaborar un informe sobre lo concerniente. Esa información fue retomada meses después de ese año por la Procuraduría General de la República (PGR) que estimó un desvío de recursos públicos calculado entre 56 millones de pesos y 202 millones de pesos, monto que, según las indagatorias federales, pudo haber servido para adquirir bienes-inmuebles a nombre de su esposa Rubí Peniche de Alor y familiares en el municipio de Valladolid, Yucatán, localidad muy cercana a Puerto Morelos, por cierto.

Lo documenta la hemerografía quintanarroense: “En febrero de 2005, unas semanas después de los comicios, Francisco Alor y su esposa Rubí Peniche adquirieron cada uno una casa en la calle Nogal de Pedregal del Bosque. Ella pagó 625 mil pesos al entonces dueño, Felipe Salas Martínez, y él 650 mil pesos a su amigo y colaborador cercano José Julio Asencio Reynoso.

En un abrir y cerrar de ojos el futuro de los Alor Peniche tuvo un horizonte más que promisorio. El clímax de la jauja vino cuando el jefe de la familia tomó posesión en la silla municipal. Entre julio y septiembre de 2005 fue cuando de un jalón adquirieron siete propiedades en la ciudad de Valladolid, Yucatán, por las cuales pagaron 19 millones de pesos, generando suspicacias entre los habitantes del vecino estado que no daban crédito al hecho de que un funcionario con sueldo de 80 mil pesos mensuales pudiera hacerse de tantas propiedades en menos de tres meses. De acuerdo con documentos del Registro Público de la Propiedad de Yucatán, durante este breve tiempo la señora Carmen Rubí Peniche Cárdenas compró tres residencias: una en el fraccionamiento Campestre Pedregal y dos en el Centro Histórico. En otras propiedades figuran como compradores los suegros de Alor: Otto Peniche y Carmen Cárdenas. En 2006, el matrimonio hizo un gran esfuerzo por adquirir otros tres bienes. Dos lotes comerciales en la Plaza Nichupté, por un total de 1 millón 52 mil 990 pesos, y la residencia con que ambos coronaron su patrimonio familiar, la cual se ubica en el exclusivo fraccionamiento Villa Magna de Cancún, cuyo valor es superior al millón de dólares. Ahí tiene como vecinos a otros hombres de cuestionada riqueza, como su amigo y colaborador cercano, José Julio Ascencio, y el ex tesorero de Cancún, Carlos Trigos Perdomo”.

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